EL FUTBOL: UNA PASION QUE FORMA Y UNE

Por: Jader Pacheco 9°A

Desde muy pequeño, el fútbol ha sido más que un simple deporte para mí: es una pasión, una forma de vida y una manera de expresar lo que siento. Cada vez que toco un balón, olvido todo lo demás. En ese momento solo existen el campo, mis compañeros y el deseo de darlo todo. El fútbol me ha enseñado disciplina, respeto, trabajo en equipo y, sobre todo, la importancia de nunca rendirse, sin importar el marcador.

En el colegio Jorge Nicolás Abello, esta pasión ha crecido aún más gracias a los intercursos deportivos, una de las experiencias que más disfruto durante el año. Los intercursos no son solo competencias, sino espacios donde aprendemos valores como la solidaridad, la sana competencia y el compañerismo. Cada partido se vive con emoción y orgullo, representando a nuestro curso con el corazón.

Recuerdo con alegría los entrenamientos, las risas, los momentos de tensión antes de los partidos y la satisfacción de jugar en equipo. Cada encuentro fue una oportunidad para mejorar, para demostrar lo aprendido y para vivir el espíritu deportivo que caracteriza a nuestra institución. Más allá de ganar o perder, lo importante siempre fue dejar todo en la cancha y disfrutar el juego.

El fútbol me ha enseñado que la victoria no solo se mide en goles, sino también en el esfuerzo, en la actitud y en el compromiso con los demás. Cada pase, cada jugada y cada entrenamiento son una lección que me ayuda a crecer no solo como jugador, sino como persona.

Agradezco profundamente a mi profesor de Educación Física (Kevin), que siempre nos motiva a participar, a dar lo mejor de nosotros y a entender que el deporte también es una herramienta para la vida. Gracias a el y a mis compañeros, he comprendido que el fútbol no solo une equipos, sino corazones, y que jugar con pasión y respeto es el verdadero triunfo.

El fútbol, más que un juego, se ha convertido en mi inspiración diaria. Me enseña que, así como en la cancha, en la vida también hay que luchar, levantarse después de cada caída y seguir adelante con la mirada puesta en el gol.